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CINCO VERDADES DEL GUIONISTA (PARTE 1)

La confusión es la principal invitada de honor que preside la mesa a la hora de sentarse a escribir. Y no es para menos. Hay una serie de ideas y de 'falsas percepciones' del humano contemporáneo dispersas por el ozono. Me refiero a reduccionismos conceptuales e iconos que glorificamos y tomamos como punto de referencia con una fe ferviente, sin saber que, en lo más profundo, dicha devoción nos destruye como creativos poco a poco.


Aquí pretendo exponer estos conceptos, de forma gradual y amena, en diferentes entregas de cinco en cinco; a medida que pueda ir explicando algunas de las claves que todo escritor ha de tener presente (Y, LO MEJOR: ES GRATIS). 


1. NADIE ESCRIBE UN GUIÓN COMPLETAMENTE SOLO.


Busca un grupo de guionistas con quienes trabajar. En ocasiones, conocer a un guionista que haya hecho interpretación es un gran incentivo.

¿Crees que no puedes escribir solo? Tienes razón, nadie puede. Haz fichajes para tu equipo. No tenéis que ser siete o diez, tres es un buen número. Normalmente uno siempre tira algo más del resto en la idea inicial, luego, durante el proceso, los otros dos van ganando terreno y sí, son muy necesarios. Aunque un compañero sólo lea y lea y diga que las escenas no funcionan. Eso es edición y es indispensable.

Sin edición (no me refiero sólo a formatear, acortar o reescribir párrafos) no tendríamos Harry Potter, ni Casablanca, ni Drácula, ni El Señor de los Anillos. A lo largo de la historia, prácticamente todos los escritores más prestigiosos han colaborado juntos escribiendo partes de las obras de sus compañeros, leyendo y editando. Simplemente hay cosas que el individuo no ve y que hacen que parte de la narrativa no funcione. Eso es una verdad universal inherente a todo ser humano, pues ninguna obra realizada por este es 100% perfecta, ni siquiera un 75%.

No creas que no vales o que alguien escribió no sé qué a los 25 años y tú nunca podrás. Todos los guiones de las películas que tienes como 'modelos a seguir', han sido escritos por más de una persona inicialmente. Por mucho que nos cuenten que Tarantino o Woody Allen escriban sus historias, por mucho te digan en internet (principal herramienta de marketing del siglo XXI) que fue así; todo es una mentira. Seguimos en la época de los cantares y las batallas milagrosas con héroes aniquilando a millones en pugnas. Sí, primer mito por tierra.

Lo cierto es que personajes como los Cohen Bros, J.J Abrams y otros (pocos) reconocen que tienen equipos de guionistas o familiares que escriben con, por y para ellos. En el ámbito de la novela esto cambia, lo único indispensable es, por lo menos, un editor creativo personal apoyando al escritor en su viaje.

Así que traga saliba, respira hondo, vales para todo lo que te propongas si tienes un punto de vista, ideas atractivas, tú propia voz, formación, hábitos de trabajo y un modesto equipo de gente dispuesta a escribir contigo.


2. OLVÍDATE DEL PROVERBIO 'VERBA VOLANT, SCRIPTA MANTENT'


Por lo general, la inmensa mayoría de los que no escriben a menudo creen que pueden utilizarlo todo. Para ellos: 'la palabra en la mesa es presa', lo escrito perdura. No glorifiques tanto los actos en sí. Si eres escritor o quieres serlo, olvídate de eso. No hay que usar todo el material, esa es la primera norma.

En novela es aplicable también, aunque el ritmo, la situación de aceptación psicológica y la atención del receptor son substancialmente diferentes, por lo que hay un compromiso y un interés por parte del lector que realizará una actividad para llegar al mensaje emitido para su deleite.

Por otra parte, en cine/TV/internet ha de haber ritmo y un arco lógico de una trama visual, eso es lo que hay que aceptar. Para llegar a ese filtrado de fichas que colisionen y encajen, hay que cortar por lo sano diálogo, secuencias, partes de escenas, detalles y personajes.


¡Afróntalo! Tendrás que destruir más de la mitad de tu trabajo, pero no te agobies, dicha parte del proceso aligera esa carga sobre tus hombros, pues el resto, si no funciona, se cambiará en producción. Nada significa tanto como creemos.


3. POR MUCHO QUE DIGAN, LA SÓLA IMPROVISACIÓN DE UN GUIÓN CON AMIGOS ACTORES NO SUELE FUNCIONAR.


Hay grandes películas escritas por gente proveniente del mundo del teatro. Es innegable que la fusión de la interiorización de la dramaturgia y de la aplicación de los métodos de actuación modernos facilita la creación de historias con diálogos amenos, orgánicos y, en ocasiones hasta lógicos.

El teatro y el mundo de la interpretación, en general, son un recurso indispensable, una fuente de inspiración, puesto que las herramientas se limitan a lo más purista de las acciones humanas y tramas en sí y hemos de sortear estas limitaciones como creativos.

Dicho esto he de añadir que todo escritor que se precie debe haber ido a talleres de interpretación, por lo menos una vez en la vida. Es simplemente un gran ejercicio a ejecutar que puede enriquecer nuestra narrativa.


Ahora, desvelemos el falso mito: 'los actores suelen ser guionistas brillantes'. Eso es una presunción en toda regla. La actuación es una disciplina completamente diferente a la escritura y esta última exige otras muchas virtudes que hay que trabajar, además de un carácter radicalmente diferente por parte del sujeto.

Nos explicamos en ese aspecto, en el del temperamento del actor que imposibilita este punto. La mayoría de los actores tienen un tipo de personalidad que les ayuda a llevar ese estilo de vida, los mejores estudian, pero realmente son personas con lo más sensorial a flor de piel. Están acostumbrados a ver resultados o a sentirlos en su piel y no hacen nada sin una meta específica. Normalmente les cuesta expresar lo que sienten y de hecho, toman instrucciones de directores de forma sencilla y metódica (depende de la escuela que vengan, pero suele ser así). Por otra parte, normalmente tienen un buen sentido del ritmo, pero son demasiado explícitos a veces y se enamoran demasiado de sus propias palabras, aunque estas no encajen con la historia que se esté contando, con el global. Quién les culpa, viven el momento y es un comportamiento muy humano, pero hay que ser capaz de observar el bosque desde la cima.

Con esto: No pienses que te puedes reunir con un par de comediantes y simplemente hacer de Monthy Phytons o escribir Clerks. Por poder, puedes, pero no va a ser un día, una semana ni dos. Lo que ha funcionado a lo largo de la historia ha tenido una gran preparación, muchas 'cagadas', gente tirando tomates y ensayo, mucho ensayo. Sí, hasta para improvs, hay múltiples ensayos.

Así mismo, nada fue producto de un mes de cachondeo y alcohol. Billy Wilder se reunía con amigos a escribir por la noche de risas, o eso decía. Probablemente sólo obtendría de esas ratos de cachondeo algunas escenas cómicas o gags, el resto de la semana se sentaba a escribir con Charles Brackett (pues, dicho sea de paso, el inglés no era su primer idioma y los dos escribían todo juntos).


4. HAY VARIOS TIPOS DE GUIONISTAS. NO SER COMPETENTE EN TODO NO QUIERE DECIR QUE SEAS UN PÉSIMO GUIONISTA.


Seré breve en este punto, porque veo que me alargo demasiado... supongo que necesito un editor. 

Hay principalmente cuatro tipos: guionistas de acción, guionistas de diálogo o dialoguistas, guionista editor y guionista creativo (que hacen más desarrollo y desgloses).

El modelo de 'ElSuperGuionista' no existe. Hay gente que no da los pasos que ha de dar porque son un desastre estructurando y editando, otros que no destacan precisamente por sus diálogos pero escriben la acción como nadie, algunos que sólo valen para diálogos porque en términos de acción no se comunican, otros simplemente saben de ritmo y escriben profesionalmente pero no son brillantes con diálogos; incluso los hay muy creativos, que hacen escaletas, tienen grandes ideas, y no tienen las facultades para mantener el segundo acto. Al final, el escritor busca su equipo y escribe con otros tipos de guionistas porque saben cuales son sus limitaciones.


No te desanimes y, si eres peor en algunos de estos campos, busca a gente que supla esas flaquezas por ti y trabaja para mejorar en esos ámbitos. La aquí presente, por ejemplo, tenía diálogos bastante planificados, a veces fríos, otras demasiado sugestivos... Me decidí a ponerle remedio como escritora y directora tomando clases de improvisación. Al final, acabé formándome en acting e interpretación todos los días durante más de un año. Fue mi 'intensivo', quería mejorar y realmente ese fue mi gimnasio. Mis diálogos mejoraron radicalmente y también perdí el miedo a las palabras saliendo de las bocas de los personajes en sí.

La realidad es que, al final, los diálogos se quedan flotando en el aire y el receptor los interpreta, ni se acuerda de detalles específicos (y si se acuerda, se queda más con acciones visuales puntuales de escenas clave).

Resumiendo: Nada que vayas a escribir es demasiado malo o ridículo cuando aprendes a ejecutarlo y a comunicarlo con subtextos adecuados, cuando sabes ver lo que realmente importa y funciona.

Si sabes que cojeas de una pata, pon remedio y no te desacredites.


5. EL MIEDO EXISTE SIEMPRE, Y HAY QUE ERRADICARLO ASUMIÉNDOLO Y ABRAZÁNDOLO FUERTEMENTE.


El ego juega un papel fundamental en este asunto (hablaremos más de ello en otro post); y también puede conducir al miedo, por eso hay que saber controlarlo.

El miedo es la barrera más primaria y elemental en el interior del creador. La realidad es que hay escritores a puñados que necesitan asistir a un psicólogo una vez a la semana en ciertas épocas de sus vidas... Y ¿por qué? Por pánico, por un terror desmesurado que explota por dentro a todas horas, todos los días, especialmente a la hora de sentarse a dar forma a sus ideas.

Lo cierto es que esto rompe los esquemas a cualquiera. Bien sea por expectativas personales, o por exigencias de los demás que le atribuyen ese estatus de 'el escritor'. Hay miles de motivos, pero al final todos tienen un denominador común: la mitificación relacionada, de alguna forma, a la identidad del ser creador.

Esa mitificación y amigos preguntando cuándo acabarás tu libro, o qué haces con tus días, es infinitamente dañina (también tratado más a fondo en otro post). Estas expectativas provocan angustias y presión existencial en el guionista, pues parece que nada en su vida avanza, que todo es en balde. Ese es el origen de un profundo dolor y un estado claustrofobia mental permanente.

Y no es para menos, como escritor, la gente asocia en su mente que eso es todo lo que haces o se supone que debes hacer con tu vida: Escribir. Bueno, esa es la receta ideal para alimentar el fracaso, es como cuando vas al baño a descargarte y hay una persona fuera esperando (y escuchando).

LA SOLUCIÓN: A pesar de los motivos, hay muchos factores influyen (situación familiar, reconocimiento profesional, etc), pero lo cierto es que, cuando se tiene una fobia, al final vienen, por consecuencia, la inactividad, la parálisis, la procrastinación. Se presentan gradualmente en tu vida y de pronto te das cuenta. Así que hay que ENFRENTARSE A ELLO.

Con ese miedo, esa angustia ante lo desconocido y la decepción personal hay que hacer algo. No debemos negar la existencia de esta fobia o disimular, como si no estuviese, hay que llegar a lo más profundo. Hay que mirarla, directamente a los ojos, y decir:
-'Sé que estás ahí, me haces sentir esto... Puede que tengas razón o tal vez no. Pero te tengo, y no me vas a usar tú, te voy a usar yo a ti. Eres parte de mi y ¿esa incertidumbre de la que tanto me hablas? Bien, voy a intentar utilizarla también y disfrutarla... a ver qué sale de todo esto.'

Tener miedo es NATURAL y cualquier persona con éxito te dirá que se sintió aterrorizada, pero que no estuvo sola y que aprendió a amar esa incertidumbre, o, por lo menos, a vivir con ella presente.

El miedo no se supera, es un 'working progress' de por vida,
así que será mejor hacer amistades con él.


 
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