CINEASTA DIGITAL: clases de guión | Cineasta Digital

202 CONSEJOS PARA GUIONISTAS POR BRIAN KOPPELMAN (PARTE 1)

Brian Koppelman es uno de los guionistas y productores de desarrollo más admirados de Hollywood con historias como 'El Ilusionista' y autor de guiones como 'Oceans Thirteen', 'Rounders', nos ilustra con 202 consejos que todo escritor de imágenes o guionista profesional ha de seguir.


A pesar de que puede que te disguste su estilo o el tipo de proyectos de los que ha formado parte, Koppelman es un guionista serio, exitoso, de profesión, de corazón, y hace que sus ideas se conviertan en escenas y que estas escenas formen actos; y que dichos actos conformen películas enteras. Una referencia, un consuelo, un hombre al que escuchar y admirar que no se beneficia económicamente de ello, lo cual, suma puntos también.
Los consejos están sacados de su 'Six Second Writing Lessons' publicados en Vine.

¡COMENZAMOS!


1. Todos los libros de guión son 'caca de toro' (literalmente... Paparruchas, vamos). Ponte a ver películas y lee guiones, deja que se conviertan en tu guía.

2. El consejo 'escribe sobre lo que sabes' funciona, pero es bastante limitado. Escribe sobre lo que te fascina, sobre eso en lo que no puedes dejar de pensar.

3. Los que se hacen llamar 'gurúes del guión' son simplemente farsantes, fíjate bien qué guiones han escrito exactamente y no les escuches si no sabes nada de sus 'películas'.

4. Cuando ví lo que se me venía encima, en un momento de flaqueza y confusión, conseguí encontrar el valor para decirle a mi padre que quería ser escritor. Él me miró fijamente a los ojos y, tras una pausa, dijo: "¿Quieres escribir? Pues escribe." El mejor consejo que me han dado en mi vida.

5. Calcula menos, no intentes jugar con 'La Industria', con el mercado y 'lo que se lleva'. Simplemente escribe sobre lo que tú quieras escribir... Y ten listas litronas de café.

6. De todas las normas que se suelen escribir sobre el oficio del escritor, hay una que es únicamente cierta: Escribe todos los días.

7. Hay una gran industria de embaucadores que dicen que la escritura de guión se aprende en ciertos cursos y clases. Ni se te ocurra creerles.

8. El momento en que tu guión deja de estar en tus manos se convierte en una mercancía, así que mientras lo tengas en tu posesión trátalo como una obra de arte.

9. En vez de leer libros sobre escritura de guión, lee sobre tú tema, el campo sobre el que tienes que investigar, ese que te motiva y fascina, que despierta interés en tu ser.

10. Con 'los gurúes' de guión todo va sobre los 'cómos', ¿cómo escribo esto? Pero con escritores, todo debe versar sobre los porqués. ¿Por qué necesito escribir sobre esto ahora mismo?

11. No necesitas el permiso de ningún experto para escribir tu historia, a tu manera. (Repítelo a ti mismo).

12. Todo escritor debería leer 'De qué hablo cuando hablo de correr' de Murakami Haruki. Un gran libro sobre forma física, pero es un mejor libro sobre la profesión y la disciplina del escritor.

13. Olvídate de agentes, concursos, editores, concéntrate en lo que sí puedes controlar: palabras, páginas y lo que hay tras estas.

14. El primer guión que escribí con mi compañero fue rechazado agencia tras agencia y calificado de 'invendible'
Ese guión fue 'Rounders'.

15. Los hermanos Coen, Charlie Caufman, etc. etc. nunca intentaban adivinar 'lo que Hollywood quería producir', siempre escribieron plasmando sus obsesiones, y así lo debes hacer tú también.

16. Permíteme que utilice menos palabras que esos libros tan cotizados para explicarte de qué va esto de la estructura en cinco actos: Principio, medio y final. Así que para de preocuparte y comienza por escribir. ¡YA!

17. Cuando necesito un chute de inspiración me pongo a ver películas como 'Amelie' o 'Y tu mama también', películas que se saltaron los patrones y muchas reglas pero que, a pesar de ello, engatusaron mi corazón.

18. La inseguridad y la expresión personal van de la mano. Bájale el volúmen a esas dudas durante dos horas al día... Verás como tus guiones acabarán escritos y cumplirás tus metas.

19. Mira, no pretendo subestimar la 'forma' y la 'estructura'. Importan, y mucho, pero es mucho más importante establecer ese vínculo emocional con el lector, eso es lo que te hará destacar sobre el resto.

20. Cuando estoy atascado en un primer borrador, me recuerdo a mí mismo: 'Nadie llegará a ver esto hasta que yo diga que pueden'; lo cual me da la fortaleza final para acabarlo.


Esta es la primera entrega de los 202 consejos para guionistas por Brian Koppelman. 
Si os ha gustado todo like y share es bienvenido.  
Muchas gracias, ¡la semana que viene MÁS!
Si te ha gustado, también podrás disfrutar de las partes 2345, 6 y 7 haciendo click en los links correspondientes.

Fuentes: Six Second Screenwriting Lenssons en Vine 
(por Brian Koppelman) y https://briankoppelman.com
http://comfortpit.com/

LA PROPORCIÓN ÁUREA: DESARROLLANDO PERSONAJES PARA TU SERIE

Desarrollar una serie es algo complicado ya de por sí, pero lo más difícil suele ser el crear los arcos de personajes. Tal vez tengamos que observar en eso que nos rodea, lo que realmente funciona y se mueve a nuestro alrededor, lo bello, y aprender de ello antes de sentarnos a escribir.

El escritor ha de tejer interminables telas de araña... Ánimo con ello. 

Simplemente, no es tan sencillo escribir una serie. Hay muchísimos aspectos a tener en cuenta y queremos contar con una longitud adecuada que muestre esos universos al receptor, esos conflictos en nuestras cabezas y nuestros PERSONAJES. Lo mejor es que no sabemos tanto de este misterio nuestro, el humano, el misterio del desarrollo, aparte de lo típico: Nacer, vivir, morir; planificar, hacer, terminar... Todo lo dividimos en triadas en nuestra cabeza y eso, a veces, no funciona. ¿Por qué? No lo sabemos, pero no se asemeja por completo a la realidad, es un reduccionismo brutal que se deja muchos detalles por el camino.

Verdaderamente, el 'plasmar fielmente transformaciones de personajes' es lo más complicado, de hecho, normalmente nos pasamos de complicaciones y llegamos a dimensiones que llegan a ser hasta irracionales; o todo lo contrario, ciertos personajes de nuestro proyecto (o todos) se mantienen en una meseta inalterable. En otras ocasiones ocurre algo mucho peor: Las transformaciones del protagonista y sus 'secuaces' se desarrollan demasiado rápido, pues la prevalencia está en el plot o no hemos plasmado bien los puntos o pasos que les han llevado a ese cambio... Ahora, ahora llegaremos al punto de la proporción áurea, no os preocupéis, que todo tiene su propósito.

Pues no es que todo tenga que cambiar, ciertamente podemos aguantar a personajes como Dr. House (M.D), Sherlock, los traumatizados agentes de CSI (y similares), Friends, Castle (...) por un cierto tiempo, hasta puede que disfrutemos de ellos. De hecho esto es muy aceptable, pues tienen un fin si la historia es puramente 'procedural' o 'serial de procesos' de investigación. ¿Por qué? Pues, porque lo que nos importa es el conflicto de la semana, el puzzle y cómo reaccionan los personajes de ese universo (del que somos ajenos) para resolverlo. Nos importa quién es el malo del día y cómo lo saben, si le cogerán, o si rescatarán a alguien, junto a UNA POTENCIAL RELACIÓN AMOROSA (o amor odio entre compañeros de trabajo). Si lo pensáis, siempre es así, un 2+2 y nos dejan con miel en los labios, una fórmula que no suele implicar necesariamente ningún cambio, de hecho, el desarrollo de personajes suele pasar a un segundo plano. Pues no, ¡hay que marcar arcos de transformación en personajes!

De otra forma, el espectador simplemente se sienta en su sofá y 'visita' a su viejo amigo o ídolo, aquél que tiene una forma de hablar que le gusta, que toma el mismo tipo de decisiones normalmente, ese amigo de toda la vida que nunca cambia.  Nada malo en ello, hacer un personaje que NO CAMBIE Y QUE ENAMORE A ALGUIEN tiene su dificultad y es admirable, ya me gustaría a mí tener más citas.

En definitiva: Se busca un remanente, los mismos personajes; y algo que cambia, que son las circunstancias.


Con esto no quiero decir que los procedurals pequen de simplistas por tener la misma estructura y patrones en las acciones una y otra vez, hay magníficos procedurals que no se basan únicamente en el patrón y 'el caso del día' 24/7 y que llegan a ser 'una obra sin igual y memorable', por ejemplo Dr. Who, Mad Men, A Dos Metros Bajo Tierra o Newsroom (y no siguen el formato a 'pies juntillas', por eso funcionan, pero hay pocas excepciones más). No obstante, siempre recomiendo que, si se desarrolla un procedural, se idee en sus orígenes como un híbrido, y se haga mayor incapié en los pasados y las relaciones entre personajes para que no se haga 'repetitivo', además de incorporar otros elementos para ofrecer  mayor profundidad al asunto.

Así, hago especial incapié en este tipo de series porque son las más producidas, las que utilizan la misma fórmula todo el rato (mirar el link) y, bien ejecutadas con el capital y equipo necesario, se pueden fabricar como churros... Pero por eso mismo es arriesgado escribirlas, pues, como he dicho, mucha gente lo hace y los capítulos suelen volverse ciclos redondos en que siempre, esencialmente, ocurre lo mismo una y otra vez, especialmente tras las primeras dos temporadas.

Sí, hay que huir de este error que es bastante común. Ese realizado por equipos de escritores asalariados y rotatorios para no caer en las redes de la rutina. La misión: Hacer que estas historias desequilibradas por argumentos acusados vayan en un crescendo desorbitado, hasta llegar a complicarse tanto que suelen pasar barreras insospechadas en que ya no hay suspensión de credibilidad alguna. ¿No me crees? Te diré dos palabras: Expediente X (una de mis series favoritas, porque soy muy frikie y la tengo cariño, y eso que aquí los personajes cambian 'algo', ha durado tanto que mi cerebro no lo concibe, sera la 'religión X-Files' esa).

Este tipo de 'procedural serials con peso en la acción' no suele funcionar más allá de un par de temporadas (excepcionando CSI, hay mucho loco infeliz por ahí suelto). En general, al final, todo se vuelve común, trivial, predecible, a no ser que te apasione el tema que tratan, o que los actores, el puzzle o la voz del show 'drogue al espectador'. En ese caso, desde luego, tienes en tus manos un money-maker... Pero no suele funcionar y, si lo hace, no por mucho tiempo y espero que tengas suerte.

Por otra parte tenemos el segundo error, aquel en que podemos tener a personajes que cambian tanto y tan pronto o tantas veces a raíz de esos conflictos a los que se enfrentan, que no entendemos bien lo que ocurre, pues los cambios son procesos, no algo que vaya ocurriendo constantemente de forma bipolar, como reacciones químicas de partículas expuestas a diferentes elementos o situaciones. Esto también suele pasar en los procedurals, aunque ya es más común en seriales continuos, largos viajes, miniseries y dramáticos, en que equipos de guionistas piensan qué más hacer para que la serie siga a flote, Mejor solución: Construye una montaña rusa.

La última, la que más detesto, otro de los errores más comunes, cuando un personaje escoge la llamada a la aventura y cambia, radicalmente, en un capítulo o reacciona de una forma que no concuerda con la presentación del mismo, por lo menos de una manera tan breve. Además, normalmente estos cambios son iniciales, luego he podido observar que se suele establecer un largo estancamiento preparado para otro abrupto cambio al final.

Tal vez en este caso está funcionando gracias a las amorosas escenas de cama, esas de las que amas de casa y otras mujeres con el corazón roto o lleno de sueños no pueden despegar la vista. Ciertamente, los capítulos se ven más de una vez.
A esto lo llamo yo 'hacer historias con calzador', forzar al personaje a hacer o decir algo que dé un giro decisivo y muestre un desarrollo abrupto como consecuencia. Ejemplos que suelo enumerar a curiosos: Outlander, Daredevil, Sleepy Hollow, Orphan Black, Juego de Tronos (bastantes personajes, no sé en los libros), algunas temporadas de Breaking Bad (aunque lo 'aceptamos' por el desarrollo de Walter en las dos primeras temporadas, Jessie es otro caso aparte), etc. (...) He de comentar que, en muchos casos, no lo observamos en el desarrollo de toda la serie, es bastante común que esto comience a pasar tras la segunda o tercera temporada.

Como consecuencia, nos encontramos con que hay innumerables ocasiones en que 'el efecto calzador' ocurre con personajes de peso en la serie, aunque algunas se salvan y llegan a pegar fuerte en el mercado por su concepto, el universo creado, los ganchos y el contraste dramático; pero seamos realistas, estarían mucho más 'logrados' si no tuviesen esos momentos de cambios abruptos que nos hacen mirar al cielo y preguntarnos por qué leches los estamos viendo, o por qué no mejor saltarnos todas las temporadas e irnos ya a la última directamente.

¿Sigues ahí? No te podía exponer mi hipótesis así en frío y lo bueno se hace esperar. Pues bien, no sé tú, pero yo quiero llegar a realizar algún día algo como Mad Men, quiero escribir largos formatos bien construidos que, no solo hagan soñar, sino que también inspiren realidad a la gente y que 'respiren' por si mismos. Y por todos esos motivos que me irritan (y más), quiero exponer mi truco, mi técnica que trato de poner en práctica día día a la hora de desarrollar historias o hacer ejercicios de escritura. Y dice así:

"Esto va de ritmos y de exposición al elaborar historias, las cuales son, 

realmente, procesos orgánicos, como la vida misma. 

Hay que buscar la belleza y la coherencia a la hora 

de plasmar esa realidad. Mi regla de oro es: 

'La Proporción Áurea para la Escritura'."



El universo funciona así, la naturaleza funciona así, las fisionomía de todo ser viviente se agrupa así, los campos magnéticos y las sinapsis de nuestro cerebro mandan 'transmisiones' que circulan... ASÍ. Entonces, no entiendo por qué negarlo, por qué nadie reconoce que en las buenas historias SÍ PASA ESTO. Que hay una forma más objetiva de medir la realidad. Tal vez eso sea lo que impulsa a que algo siga hacia delante, ¿no creéis?

¿Cómo aplicar la 'ley áurea' a la escritura? Por supuesto, la hipótesis implica el entonado instinto del creador. Yo me lo imagino como un comienzo desde el punto central, en que el personaje más principal (por así decirlo, ya que en series actuales suele haber muchos más y a veces hay confusión); está en el centro y el resto de líneas rectas que emanan del punto primario son el resto de personajes.

Hasta ahí bien, ahora hay que relacionar a estos individuos entre si, por lo que elegiremos patrones y líneas que unan en diferentes puntos a los personajes. Las líneas serán la acción y determinarán la forma final de la espiral, que siempre debería ser la misma, esa que lleva el número de oro grabado en sus genes.


Esta espiral imaginaria resultante será el desarrollo de la totalidad de la serie, la esencia de la historia y temas, de los personajes con todos sus cambios. En mi visión, toda esencia armónica está ligada a esa espiral áurea en todo lo que nos rodea, así que, ¿por qué no en la narrativa también? ¿Por qué tenemos que pensar siempre en triadas que son tan sólo términos arbitrarios, ya por el mero hecho de darles nombre y valor para encajarlo en un proceso unidireccional? ¿Por qué nos conformamos con reduccionismos de la realidad?

A pesar de sonar muy metafísico, hay que materializar esto en algo físico (valga la redundancia); y lo cierto es que no hay que escribir todo o hacer esquemas con la sección áurea (aunque es recomendable), tan sólo has de tener este esquema en la cabeza a la hora de escribir las bios, los cambios en relaciones y el escaletado de la historia. Pensar si esta línea es coherente con el patrón de la belleza, al que tenemos de referencia. ¿Qué líneas sigue tu historia?, ¿a qué te suena?, ¿a qué alude? Adoro las preguntas...

Hay que encontrar esa armonía entre partes que se dividen en otras exactamente simétricas y la suma de las dos hacen otra, que por la misma regla de tres harán otra mayor con la misma proporción, y así sucesivamente. Llegar a ese lugar en el que tanto el pasado, como el presente y el futuro, están a la misma altura, en que se pueden visualizar todos al mismo tiempo y son coherentes entre sí.

Esto no es un truco, o un método cerrado, o de crear todas las series por el mismo patrón 2+2. De hecho, no sigáis patrones para crear series, si caéis ahí, que sea accidentalmente, que no sea porque queréis desarrollar una serie con el formato de X. Una vez más, lo podéis hacer, pero seguro que no llama tanto la atención y carece de ese alma que conduce cada historia, que es única.

Cuando menciono la percepción áurea en la escritura, me refiero a algo intuitivo, a una marca de agua en nuestra mente que nos hará notar si nos pasamos de cambios en el tiempo estimado cuando estemos creando.


Es un sentido arácnido que nos hablará si estamos acabando con un círculo cerrado donde no hay salida u otro lugar al que ir y, como consecuencia, pasaremos abruptamente a otro tema diferente olvidando los pasos de nuestros protagonistas; o si terminaremos con formas asimétricas. Yo opto por una preciosa concha de caracol que puede continuar y continuar, sin siquiera mostrar un final, porque no sabemos si lo hay...

Cierto es que todo tiene un principio, medio y final que se traduce a otro principio, mas eso se aplica al hablar en términos generales sobre algo. En realidad, cuando trabajamos de lo general a lo particular y lo traducimos en detalles, cuando nos sumergimos y sabemos más sobre algo, no siempre encajan las triadas lineales no abarcan todo lo que que queremos contar o cómo queremos contarlo.

Por esto he decidido escribir sobre mi idea de creación, por expresar la importancia de las proporciones áureas, pues la vida es un proceso y hay que intentar ser 'fiel a los mecanismos de cómo funcionan las cosas'. Los cambios son un proceso exponencial, son las curvas que van formando el todo, y cuando se ha cambiado el objetivo, este cambia porque se ha de pasar a otra fase, o comienza el ciclo de la misma fase otra vez (depende de lo que se quiera contar); y así sucesivamente.

Debemos intentar plasmar esta ley de oro en el desarrollo de nuestros personajes que van de la mano de la acción en la serie, para que así esta respire, para que se convierta en un retrato, en una obra de arte de la naturaleza humana.


Puedes hacerme caso, o pensar que esto son paparruchas baratas. Pero pruébalo, lo que sí es cierto es que no te equivocarás si buscas las proporciones áureas en todo proceso creativo y no tienes nada que perder por intentarlo. Mi consejo para tu serie es pensar en un principio, únicamente, y de ahí comenzar a tejer la tela de araña, lanzándote, con cabeza, a la incertidumbre más aterradora.


Espero que os haya interesado el artículo. ¡Feliz semana a todos!



**Esta hipótesis de la Escritura Áurea es una idea 
en la que llevo trabajando ya un tiempo y continúo en ello. 
Te rogaría que si la utilizaras en las aulas, por lo menos, dieses mi nombre.
Muchas gracias.

CINCO VERDADES DEL GUIONISTA (Parte 3)

Algunos meses han pasado desde los artículos Las 5 Verdades del guionista (Partes 1 y 2), y por fin ¡aquí os traigo la tercera entrega! Espero que os guste y, en fin, no os lo toméis muy enserio (sólo un poco). 

Con mis letras no pretendo hablar de técnicas en sí, son simplemente apreciaciones que he ido acumulando a lo largo de mi trayectoria profesional que quiero compartir. TODO SIEMPRE ES CONSTRUCTIVO.

Benditos libros, ¿para qué os quiero? (Los tengo todos)

1. LOS PARADIGMAS AYUDAN, PERO HAY MUCHAS FORMAS DE HACER TORTILLA.


No te obsesiones con los modelos de guión. Los patrones universales, paradigmas, mitos y tramas por género son útiles, pero siempre han de aplicarse desde el subconsciente (de hecho, a veces querríamos tirarlos por la ventana directamente a la hora de reescribir). Síguelos si quieres, pero no como si fuesen el 'padre nuestro', ya que eso, a la larga, puede que empobrezca tu historia. Simplemente meterás demasiados elementos innecesarios o fuera de lugar y acabarás con una simple copia.

Muchos guionistas están obsesionados con esto, además de seguir fervientemente las aclamadas beat sheets y elementos generales que 'deben estar presentes en toda historia'. Ejemplo: ¿Tengo el detonante en la página 10?, ¿tengo personaje reflejo?, ¿tengo las pinzas en las páginas adecuadas? Espera, ¿Cuál es mi Mid Point? Descenso a los Infiernos, momento oscuro... ¿Pasa el primer umbral en la página 20? ¡Es una comedia! ¡Tiene que ser antes de la 20! ¡Mierda! Mil gracias a docentes, agentes, departamentos de marketing, y por supuesto, a todos esos países que directamente copian las fórmulas americanas con otros nombres e idiomas. ¡Estamos dañando la capacidad creativa mundial! Con esa empanada mental, cualquiera se relaja para crear algo con mente y corazón.


"ATRAPA AL GATO, AL RATÓN, AL PERRO, Y OTROS LIBROS SOBRE LA PROFESIÓN PARA DUMMIES SOBRE EL ARTE Y LAS TÉCNICAS DEL GUIÓN CINEMATOGRÁFICO: 

LÉELOS, ESTÚDIALOS, Y OLVÍDALOS"


Lo cierto es que hay miles de millones de guiones mandados a agencias, productoras y majors, que, a pesar de cumplir todos estos parámetros y que técnicamente son 'de diez', ninguno destaca del resto realmente. Todo, por desgracia, está cortado por el mismo patrón, la clave: Esas contadas excepciones que parecen seguir el patrón pero que no lo hacen, que aportan algo más además de tener personajes interesantes y un concepto peculiar.

2. LA VOZ DE UN GUIÓN NO SE PUEDE ENSEÑAR, COPIAR O EMULAR DE FORMA GENUINA.


Has de trabajar tus facultades de redacción, leer y escribir mucho para realizar proyectos, pero lo más importante es la voz.
La voz es una cosa que o se tiene o no se tiene. Si no se tiene, puede ser por los siguientes motivos:

1: Que el que tenía esa voz en la escritura la haya perdido (depresión, falta de disciplina, práctica o interés, etc.).

2: Que el que tenía voz esté buscando otra para cambiar un poco su estilo, renovarse (en definitiva), o poder mostrar otros registros que funcionen mejor con la historia o con su persona o punto de vista actual (todos nos perdemos alguna vez o simplemente cambiamos).

3: Que simplemente el sujeto nunca haya tenido una voz característica de suficiente potencia que se distinga del resto.



Ahora es cuando nos asustamos de sopetón: Lo que escribo es una basura, soy uno de ESOS. Permíteme que lo dude. No te preocupes, que al escribir, la voz se calienta también. Otras veces no sale y punto, depende del momento. Hay días de estreñimiento e inapetencia, lo sabemos, a veces hasta meses.

Los que no tienen voz no es que sean momias, o gente vacía, simplemente poseen otro tipo de personalidad que carece de ese tipo de gancho a la hora de crear. Lo mismo ocurre en el mundo de la música, hay grandes intérpretes aunque, normalmente, los mejores no pueden componer o componen piezas técnicamente correctas del montón, sin demasiado sello o voz propias. Sin embargo, luego tienen realmente dotes y un sello a la hora de interpretar trabajos de otros. Lo que quiero decir es que este tema es más complicado de lo que parece y podríamos escribir un libro sobre ello, así que: Conoce tus mejores talentos.

Para narrar ficción hay que tener una voz, hay q forjar personajes, no simplemente 'sentirse identificado'. No todo el mundo vale para esto. Hay que inventar personas con formas de hablar y narrar, tanto en acción como en diálogos. Tiene que ser algo fresco, auténtico, interesante, algo que sea tan honesto que llegue a ser universal, que al lector le guste leerlo aunque la historia en sí sea hasta pobre. Los lectores voraces probablemente escriban con vocabularios inigualables, pero normalmente, al consumir a tal escala, no han ejercitado su propia voz porque admiran las de otros demasiado. Nada positivo o negativo, es simplemente diferente. Einstein solía decir que leer demasiado era procrastinación, que leer demasiado no ejercitaba el intelecto como debía ser ejercitado. La lectura es sumamente necesaria, pero leer mucho y tener un vocabulario floreado y hermoso con una gramática inigualable y conocimiento de temas, géneros o ciertas técnicas, no quiere te convierte escritor. El consumo es el consumo, la creación es la creación. Ahora bien, estos siempre son editores inigualables, ese es su talento, no perdonan una coma, corrigen los errores formales del creador y enriquecen su obra. Algo infinitamente necesario. TODOS SOMOS INDISPENSABLES Y TENEMOS ALGO.


La voz no se enseña, se tiene o no se tiene y de ahí se ejercita y perfecciona (por mucho que digan en clases de guión). Mucha gente del mundo docente tiene ese problema, precisamente; hay otros que emulan la voz de series que han funcionado y de películas como 'El Precio del Poder', 'Pulp Fiction', 'Deadpool' (créeme, ya empieza a estar de moda predominante en escuelas de cine)... Se pueden tener influencias, sí, pero no hay nada más ruin que calcar la voz de alguien (a excepción del género satírico aplicado a lo que se pretende 'emular', claro, pero siempre con tu propia voz o tu punto de vista al respecto).

¿Qué has de hacer para escribir guiones con 'voz'? Pues no admirar tantas otras voces religiosamente y utilizar la tuya, además de juntarte con gente que no acalle tu voz, que inspire tu voz. Así mismo, para que esto sea posible, que otros inspiren tu voz y ayuden a que esta florezca y adquiera más colores, esas personas han de tener una potente voz también.

Sin voces no hay coros. Si tu grupo carece de esta, cambia de tercio, busca a gente con mucho que contar, con puntos de vista sólidos, interesantes y atractivos, con expresiones creativas y peculiares; y, por supuesto, con los conocimientos necesarios para plasmar esa voz en papel.

3. EL GUIÓN ES UN 'BOCETO BASE' A SEGUIR.


Ya lo hemos explicado, en otros posts. Se va a cambiar en la sala de montaje, o los actores van a poner otro artículo delante o van a usar un sinónimo, en el fondo da lo mismo. El director cogerá el guión y lo hará suyo, para eso está, lo sabías desde el principio. Tú te lo guisas, tú te lo comes.

Muchos escritores de guión quieren dirigir y critican todo lo que no es ese guión sagrado que han escrito. Lo cierto es que a veces un escritor puede llegar a ser un gran director, a veces funciona, pero normalmente no es así. Depende de la persona y sus facultades. Los 'escritores' que son grandes directores, normalmente son primero directores y después escritores. Los mitos no existen. Woody Allen, Tarantino... Cualquier aclamado 'writer-director' es un tío de desarrollo, no es escritor de profesión, por eso tienen (secretamente como pequeña inversión) una empresa propia con cinco o diez escritores asalariados... Además de ser representados por agentes que buscan escritores 'pay per play' para la reescritura de borradores. Créeme, esto es una realidad, da igual quién sea, si le conoces, es porque NO ESTÁ SÓLO EN EL AJO.

Volviendo al tema, siempre me hace gracia cuando escucho a guionistas frustrados que critican a los realizadores de sus películas, o de las series que han ayudado a desarrollar.

Dicen: 'Me han quitado esta trama secundaria', 'han cortado esta secuencia que era clave en la manifestación del tema', 'han cortado tres de mis escenas de acción y el rapto del niño', '¡mi monólogo climático! ¿Dónde está?' (...). ¡El condenado monólogo que hacía de esta ****da una obra de arte!

Bien, a veces se toman decisiones erróneas o censuran de acuerdo a tipos de público objetivo, pero, en general este no es el caso cuando los guionistas se quejan. Probablemente si lo han hecho así es porque había una causa de peso detrás y, probablemente, vieron en la sala de edición que la cosa no funcionaba, que no iba con el ritmo o con el contexto del momento. Las decisiones no las toma una persona únicamente, y siempre hay motivos lógicos tras estos cambios. El escritor de guión ha de saber tomar esos cambios, asimilarlos, admirarlos (o no) y quedarse en su lugar, que para eso le pagan.

El cine y la televisión son medios narrativos en constante mutación, así que, dependiendo de qué actores formen parte del proyecto, las estéticas elegidas, el feel en plató, las oportunidades que aparecen de pronto en juego de forma orgánica (llámalo X); todo puede cambiar en un segundo. Hay simplemente muchos elementos con los que hay que saber jugar, cierto es que debemos pensar constantemente en el plan, pero también todo va en función de la efectividad en la ejecución. ¿A dónde quiero llegar con todo esto? A la defensa de mi argumento: Un escritor se aterroriza normalmente con estas ideas de incertidumbre en una praxis de este tipo, llena de gente a la que coordinar, accidentes, variables y dinero en juego en la que CUALQUIER COSA PUEDE PASAR, con lo cual, normalmente, los escritores no suelen ser buenos directores. Dos motivos: el arte de dirigir se entrena y estudia full-time y hay que saber de todo; por otra parte, el escritor normalmente tiene demasiadas barreras frente a sus ojos que no le dejan destruir todo de nuevo, no va a destrozar su creatura, y jugar un poco con las vidas de sus personajes o con las acciones, o le va a costar si es que sabe o puede hacerlo 'en directo'.

La mayoría de los momentos mágicos que han pasado a la posteridad en la historia del cine fueron causa de accidentes de técnicos y actores, además de sorteos de problemas en rodajes. Otros, simplemente ocurrieron a raíz de improvisaciones en ensayos, esas pequeñas gemas hay que saber reconocerlas y utilizarlas cuando es debido. Podemos enumerar miles de ejemplos, El gato de Vitto Corleone, las secuencias terroríficas de Alex cantando 'Singing in the Rain', Travis y su 'Are you talking to me?' son tan sólo una ínfima parte del conglomerado de momentos mágicos robados de brillantes ejercicios y de relaciones director-actor.

A veces los cambios tienen que ocurrir simplemente porque hay una donación de un escenario o un contacto que puede aportar algo a la producción que aumente su caché y su valor (por ejemplo, 'alguien tiene un yate gigantesco' o 'el poder de cerrar una parte del aeropuerto gratis para la producción'). Hay que saber ver cada oportunidad fuera del guión, hay que tener en mente el producto final.

Vamos a omitir qué tipo de relaciones

Por último: La figura del editor. Esos pobres individuos que únicamente hacen el puzzle. ¿Únicamente? Arman la película, le dan oxígeno, hacen que el corazón lata. ¡Milagro! Cierto es que siguen el guión, ese es el plan inicial, pero hay tantas veces que simplemente una persecución es demasiado larga, o un personaje demasiado obvio, o una reacción no cuadra, o no se entiende algo tal y como está rodado, o el diálogo o el monólogo se debería acortar... Los editores son los magos del oficio narrativo de ficción. Son aquellos que han de ser escuchados siempre, por el director y por los productores. El escritor, tal vez, debería confiar en ellos también y dejar de criticar lo que han hecho otros con su trabajo.

El editor dota de vida a vuestros guiones y, al igual que limpia la imagen del actor, limpia la vuestra también.

4. MENTOR: SI / CLASES DE GUIÓN 'SACACUARTOS' DE GURÚS: NO.


Déjate ya de clases e historias que te cuenten. Actúa. Busca a un mentor personal que te ayude con parte de tu entrenamiento o ten un socio con el que organizar tu trabajo y con quien puedas escribir.

Hemos mencionado en otros puntos la figura del mentor, lo cual es diferente a una clase, libritos y otras actividades. Y diréis: ¿Por qué ataca el autor tan cruelmente al modelo académico? O a aquellos a los que llaman 'doctores de guión' (no critico a todos, pero a esos que dan clases constantemente porque no tienen nada mejor que hacer y se hacen llamar 'doctores' me irritan en suma manera).

La vida duele tanto que no puedo bajarme del estrado

No tengo nada personal contra profesores, simplemente esta idea surca los mares de neuronas en mi cerebro (si es que quedan muchas): ¿Por qué no elegir a un 'profesor-doctor' como mentor? 

Por muchos motivos, pero para no ofender a nadie este es el principal: Un mentor-escritor estará acostumbrado a escribir constantemente material original suyo, tanto novela como guión, y sabrá que todo es bastante más relativo de lo que se estipula y se enseña, que cada historia aclama un estilo, unas normas u otras. Un verdadero mentor sabe qué hacer para que así el guión pueda respirar. Eso te lo da la profesión, el ver qué factores hacen que ciertos proyectos tornen a mejor o a peor, a más adecuado o menos.

Esta descripción de cualidades, raramente, encaja con la de los profesores, ya que su disciplina está más basada en la clasificación, en el orden y la simplificación de elementos a explicar. La ortodoxia suele ser enemiga del creador. Ha de ser conocido pero luego asumido, filtrado y destruido. Los académicos tienen este pragmatismo como norma básica y método a seguir, de hecho supravaloran la teoría y la ponen por delante de todo.

No me malinterpretéis, los profesores son necesarios aunque, particularmente, en ciertas profesiones, llega un momento no muy lejano en que dejan de serlo, pues, para empezar, normalmente (hay excepciones), no trabajan en el medio. El problema es que no es tan fácil de identificar y distinguir cuándo hemos tenido suficiente, cuándo empiezan a ser dañinos. Cientos de personas pasan toda su vida yendo a clases de escritura, van y vuelven... Cuando los profesores sólo explican lo mismo, cuando simplemente innovan en la forma en que lo cuentan, en pequeños detalles, pero la forma es la misma y has de ceñirte al paradigma. (Créeme, pasé años de mi vida gastándome dinero en talleres y clases de escritura y guión de todo tipo, y de verdad que son sacacuartos, nadie te va a enseñar nada que no sepas o no dependa de ti, no hay fórmulas ni pócimas).

En definitiva: No te obsesiones con buscar mentores, guías o inspiración en clases, no te obsesiones con teorías. Puedes ir a clases para establecerte un calendario mental en momentos de bloqueo, para ver cómo reacciona la gente ante tu material, o para hacer contactos (*), eso es todo.

Los profesores (**), aunque los haya que sean realmente maravillosos y elocuentes, al final tan sólo reportan lo que ocurre o cómo es lo que ya existe, no lo que no existe. Los escritores trabajan con lo que no existe. ¿Quieres más razones?

¡Qué más necesitas!

*He de decir en respecto que a mi nunca me ha servido para conocer a nadie que pudiese llegar a ser un compañero creativo pues, los perfiles que me he solido encontrar han sido: gente sin experiencia alguna como guionista, gente que quiere ser guionista y no trabaja en el medio, o jubilados con mucho tiempo libre que se apuntan a todo. Alguna vez he conocido a alguien como yo, y ha dejado de ir a las clases el segundo día.

**No ataco a profesores, ojo, la vida es dura y, a veces, el camino va en esa dirección porque da disciplina, porque no hay nada más y hay que comer, o por cualquier otro motivo. Las clases dan dinero y son lo que son, díselo a J.R.R Tolkien o a R.R Martin. Pero he conocido a innumerables personas que se han llevado más negatividad de estas clases o talleres que otra cosa, pues los hay que enseñan y disfrutan y quieren ver gente triunfando y superándose, pero la mayoría de ellos transmiten negatividad y suelen estar frustrados (no les culpo, ser guionista es frustrante, pero lo es mucho más si no has llegado a hacer nada). Puedes ir de vez en cuando, pero si es alguien a quien conoces y sabes que saca lo mejor de ti.

Trata y toma las críticas de gente que trabaje en el negocio y sepan igual o más que tú, que vean cosas que no has visto mientras estabas escribiendo.

5. ¿EGO? ¿QUÉ ES ESO? ESA COSA QUE HAY QUE SABER CUÁNDO ENCERRAR EN EL ARMARIO Y CUÁNDO NO.


Ego es lo que hay que tener en la concepción de la idea presente, siempre de una forma prudente, claro está. Después hay que perderlo y, al final del proceso, en los penúltimos borradores, en cierta, forma hay que retomarlo de nuevo. Las historias tienen vida y personalidad porque están impregnadas de parte de la obsesión y 'cabezonería' del que apareció con la idea inicial, o del dúo que la creó.

El ego, por mucho que te enseñen, que te digan que hay que destruirlo, por mucho que promulgue el budismo (que tanto está de moda ahora en el mundo del artistéo) que hay que enterrarlo, es necesario e indispensable en nuestras vidas. El ego, en pequeñas dosis, ha de existir y tiene su función, sólo hay que saber cuando meterlo en el armario.

Bueno, sí que tenemos genio, y mucho

Son muchos los escritores que se dejan influenciar por grupos o comunidades de escritura, brainstorming, etc.; y que realmente no suelen escribir nunca algo 'con garra'. Se fían demasiado de lo que les dicen y supravaloran las ideas de la gente que les rodea.

En esas comunidades te dicen: 'deshazte de tu ego, no lo quieres, te hace daño, daña tu obra, el ego es tu orgullo, es sólo algo que te has labrado tú, una máscara que te obstaculiza al caminar en este viaje, que ata tu creatividad'. Pues sí, tienen razón, el ego crece orgánicamente en nosotros mismos y emana de nuestras experiencias. Es la esencia de nuestro temperamento y las mutaciones de nuestro carácter durante años, con todo lo bueno y todo lo malo... Por eso es dañino para el trabajo en equipo en ocasiones, porque incluye también todo lo malo que implica el amor propio y eso es perjudicial para el trabajo en equipo.

Estos consejos para 'el escritor ideal' han sido creados y van por modas. Ahora quieren que seas un niño de nuevo para crear, y eso se enseña a gente que no es muy 'creativa' para que lo llegue a ser. En mi opinión, este método de comida de coco no funciona. Los niños no tienen ego ni vergüenza cuando juegan, cierto, y puede que tengan ideas más a menudo que los adultos, pero estas también son menos interesantes en muchos aspectos. Las ideas de los infantes suelen ser planas, además de que estos se mantienen flemáticos a la hora de defender una idea constantemente o de dar razones. Realmente, les importa poco, a no ser que hablemos de algo que realmente les toque la fibra (pero suele ser poco frecuente, los niños son como las olas del mar, su pensamiento viene y va). En fin, las 'pseudotécnicas' del escritor de finales del siglo XX y principios del XXI son una moda y tienden a apuntar al budismo y al hinduismo... Por lo visto ahora nos enseñan a respirar... NO COMENTS!

Todo es un negocio, supongo...

Como escritor, hay que ser racional y hacer balanza con nuestros entes personales. El concepto del 'ego' es complejo y hay que saber identificar las vertientes de nuestro ego y cuáles son positivas para la productividad en el proceso creativo. Hay que saber cuando acallar nuestro ego al crear personajes, para no juzgarlos y dejarlos volar; cuando, a la vez, hay que tener vista para deducir quién es de fiar y quién no, quiénes son compañeros competentes y por qué.

Otro punto que quería resaltar es el siguiente: Por favor, guarda tus ideas y, hasta que no tengan una forma 'pasable', hasta que la gente no las pueda visualizar con cierto detalle, no las compartas (por mucho que digan). El motivo: Es muy fácil destrozar ideas. Aquellos que dan lecciones de actitud, que claman que han destruido su ego y que son tan felices creando y que necesitan escuchar tu storyline, todo lo que desean es soltar a ese 'inexistente ego' de la correa y hacer que se interponga entre tú mismo y tu idea. Así mismo, destruirán tu historia, la torturarán y luego dirán que eres un intolerante, que no aceptas las críticas de otros por culpa de tu ego. Sus 'inexistentes egos' quieren devorar tu idea, que irónica es la vida ¿verdad?


En el fondo, nadie quiere que triunfes (a excepción de ALGUNOS miembros de la familia o de mejores MEJORES amigos); o se muestran indiferentes. De vez en cuando hay algún ángel que aparece en tu camino para sacar lo mejor de ti mismo, pero las probabilidades son ínfimas.

Puedes contar tu historia cuando ya esté el primer borrador, o parte de este y tu detallada escaleta con todo listo... Antes no la expongas porque se está gestando y, además, la gente no te suele dar una segunda oportunidad si no les ha gustado lo que han escuchado de primeras.

EGO. A pesar de todo, ese ego personal ha de encontrar su silencio en ocasiones, sobre todo al finalizar el guión, pues en este mundo de la ficción se evalúa lo que funciona en imagen y se valora por la ejecución de la idea ya desarrollada en papel. Por consiguiente, hay que saber cuando retirarse y dejar al siguiente que utilice tu guión, tanto en set como en la sala de postproducción. Si no te mantienes en esa posición como escritor, o no sabes manejarla, no te volverán a comprar un guión porque trabajar contigo es una pesadilla, y punto.

En resumen: El ego ha de existir, pero hay que saber cuándo dejarle salir del armario y cuando no.

 
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